Gigantismo insular

  Algunas especies animales se benefician de cambios de tamaño cuando migran y se instalan en ecosistemas isleños. Aquí en las Baleares, dice Wikipedia, hubo gigantismo en una raza de musarañas durante el pleistoceno, casi nada.

  Estos cambios hacia el gigantismo vienen dados por tres posibles motivos, sigue diciendo Wikipedia, a saber:

-Ausencia de depredadores.

-Ausencia de competidores.

-Presencia de presas grandes.

  Lo cierto es que si extrapolamos esta curiosa adaptación nos damos rápidamente cuenta de que, efectivamente, aquí las musarañas son más grandes, por lo menos durante el invierno. Ayer sin ir más lejos me crucé con una y me detuve a contemplarla con curiosidad. Ella hizo lo propio y no dejó de escudriñarme de arriba abajo, como preguntándose cómo era posible que un bípedo como yo no estuviera refugiado en su guarida con el viento que estaba soplando, tanto soplaba que llovía de lado.

  En esa muda conversación yo intenté explicarle que el día no tenía horas suficientes para todo lo que tenía que hacer, que yo sí tenía depredadores, competidores y andaba escaso de presas grandes. Le expliqué que, afortunadamente, eso todavía no afectaba a mi tamaño y que todavía tenía pendiente atravesar la isla para realizar unas gestiones en Ciutadella.

  Me contestó que no tenía ni idea de lo que era Ciutadella, que le sonaba remotamente por las conversaciones de sus abuelos y que jamás había necesitado rebasar los lindes del término municipal de San Luis. Me ofrecí a llevarla de visita y en principio no se atrevió. Argumentó que eso la obligaría a reducir su tamaño para adaptarse mentalmente al nuevo mapa.

  Por fin se dejó convencer y pudimos pasear juntos por Ses Voltes con un helado de yogur en la mano -en invierno los helados saben distinto- Yo tuve que plegarme a la inteligencia de su razonamiento:

“Ve despacio por la carretera –me dijo- así lo que cambiará de tamaño en nuestra mente será el territorio y no hará falta que cambie el nuestro.”

El tamaño importa.

6 comentarios en “Gigantismo insular

  1. Yo sufro de fobia insular. Y, en particular, a la menorquina. No obstante, adoro a las musarañas, son bonitas y confieren sentido a mi atontamiento.
    Tu imagen junto a esa tan enorme, ha hecho que Menorca resulte incluso amable;)

    Me gusta

  2. Nada como acomodar la mirada y cambiar la percepción de lo que nos rodea para darnos cuenta de lo ínfimos que somos ante tanta inmensidad.
    Igualmente sentimos en ocasiones que no encajamos, todo se nos muestra hostil y pensamos que un cambio de actitud es la solución, cuando lo mas facil es cambiar el prisma y ver que hay un mundo diseñado a medida para cada uno de nosotros. A disfrutarlo.
    Muy bueno… lo comparto…

    Me gusta

Deja un comentario