Tortugas de tierra

  “Mi historia con Menorca es una historia de amor a segunda vista.” Eso me cuenta Marlis Leo, alemana, madura y muy curiosa. Ella y su marido me reciben en su hermosa casita en algún lugar entre Cala’n Porter y Alaior. Su marido confirma: “En las otras islas llegas y te dan la ensaladera con todo el pack. Menorca, sin embargo, hay que descubrirla y nunca deja de sorprenderte.”

  Marlis tiene en su jardín una treintena larga de tortugas de tierra –landschildkröte griega o Testudo Hermanni-, le encantan las tortugas y acaba de editar un libro infantil sobre las mismas que le dedicó a su hija. Es un bello libro en alemán con ilustraciones de un artista georgiano (de la Georgia soviética) y en él las tortugas llegaron un día por el mar, encontraron esta tierra sembrada de taulas y talaiots y decidieron quedarse, un paraíso, las tortugas adoran descansar bajo las piedras y comen mucho verde.

  A pesar de que las tortugas pueden parecer egoístas, pues no se ayudan entre ellas ante las dificultades, Marlis siempre ha admirado su independencia y su forma de sobrevivir durante tantísimos años en medio de muchos dolores. Cuando su hija llevó el libro al colegio, las demás niñas comenzaron a pedirle que les escribiera a ellas también y Marlis está llena de ideas nuevas para satisfacerlas en el tiempo que le ofrezcan sus estancias en Menorca. También escribe libros de cocina y le encantaría venir más a menudo y con más gente fuera de temporada si el transporte fuera más conveniente. Cuando le hago notar que a Menorca vienen pocos alemanes su respuesta es firme: “No me gusta despegar de Alemania para aterrizar en Alemania. Además, el menorquín es algo cuadrado como nosotros, pero todos cantan escandalosamente bien. Aquí está el teatro más antiguo de Europa y los mismos tres tenores pararon aquí en su barco antes de presentarse en la Scala.”

  El resto de la sobremesa fue muy agradable. No llegamos a dilucidar porqué la tortuga hembra es mayor que la tortuga macho ni porqué habíamos tenido derecho a una comida campestre de primavera en pleno mes de diciembre, pero sí nos quedó claro que nos volveríamos a ver y que, sin lugar a dudas, siempre que tuviera que hacerle un regalo a un niño que hablara alemán, las tortugas de Marlis serían mi primera opción ya que, como dicen los niños en Alemania: “soy pequeño pero mi corazón es grande”. El de Marlis es muy grande.

2 comentarios en “Tortugas de tierra

  1. Que lindo!! Adoro las tortugas e imagino, por la calidez de tus palabtas, que el libro está inspirado en ese amor y admiración hacia tan bella especie.. Volaría sin dudarlo a la isla para rodearme de ellas…

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