Kane’s Road

Richard Kane (no confundir con Orson Welles) fundó el camino que lleva su nombre con la estratégica intención de facilitar el transporte terrestre entre Ciutadella y Mahón, hasta entonces impracticable para carruajes. El resultado hasta nuestros días es una fantástica carretera secundaria entre la capital y Es Mercadal, delimitada por pared seca, higueras y todo tipo de paisajes de cuento de hadas. Durante todo el año es transitada por la más ecléctica selección de seres humanos.

El antiguo «Camino Real Inglés» es una de aquellas joyas sensoriales en las que, sin saber porqué, el calendario retrocede y podemos olvidar por unas horas la dictadura de la modernidad. Desde la apacible y monótona presencia del cementerio de Alaior hasta la incansable paleta de colores que despliegan los días en cada recodo, todo invita al paseo reflexivo y contemplativo y a quedarse un rato más.

En una ocasión iba andando por ahí y encontré a un hombre lleno de arrugas, tanto en la piel como en las prendas, y que estaba sentado a la vera del camino. Le di los buenos días y me los devolvió con un marcado acento sajón y un castellano decimonónico. Me hizo saber que era militar, que no recordaba su edad y que paró de contar los años cuando los carruajes de caballos fueron sustituidos por autobuses de pasajeros de vapor.

El hombre también me contó que se sentía muy orgulloso de un manual de instrucción castrense que había escrito en su juventud. Me gustó su historia. Al despedirnos nos presentamos y me dijo su nombre: «Rick, Rick Kane».

Tardé escasos segundos en darme cuenta de que Rick es diminutivo de Richard. Cuando me giré, extrañado por la coincidencia, el hombre había desaparecido.

3 comentarios en “Kane’s Road

  1. Magnífica descripción, por unos instantes he sentido que me transportaba al lugar… Gracias , querido, leerte es un placer y todo un regalo a los sentidps

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