Más se perdió en Cuba

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  La Guía de Menorca editada por el Ateneo científico, literario y artístico de Mahón nos refiere la importancia del ganado vacuno en Menorca haciéndose eco de las 4.545 cabezas de ganado que salieron de la isla en el quinquenio 1901-1905. Sin duda son muchas cabezas para la época, y es que mi ejemplar de la guía data del año 1911, todo un incunable.

  Entrando pues en situación, nos sigue contando la guía sobre la importancia de la vaca menorquina en los avatares de la industria del calzado de aquel entonces, pues la isla exportaba zapatos casi exclusivamente para Cuba por valor de 10 millones de pesetas anuales contantes y sonantes hasta el desgraciado asunto del “Maine” en 1898, que derivó en una crisis de dicho motor económico, pues los aranceles posteriores hicieron imposible seguir con ese volumen de negocio entre ambas islas. Para cuando se edita la guía han pasado tres años y se refieren exportaciones a Cuba por importe de 2 millones de pesetas. Sirva de dato orientativo que en ese mismo año las ventas a península oscilan entre los cuatro o cinco millones de pesetas, que una peseta de entonces tenía un poder adquisitivo ligeramente superior a un euro de nuestros días y que el censo rozaba los 40.000 menorquines… son muchos zapatos.

  Hoy el sector ya no es lo que era y la vaca menorquina sufre trastorno bipolar. Ya no sabe si es un motor económico o un elemento bucólico del paisaje. Mientras la veo discurrir, meditabunda y rumiante, entre los verdes prados salpicados de miles de flores primaverales, no deja de ser profundo mi agradecimiento: por el queso, por la abarca y por el chuletón. ¡Ah! -por supuesto- también por la presencia.

«¡Ooooooooox!»

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