Posidonia

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  ¿Qué atesora la posidonia? Además de la riqueza del ecosistema que se crea en sus entresijos. Además de la belleza de los prados submarinos que reflejan los rayos del sol con verdes imposibles. Menos atractivo es el olor de sus cementerios en las playas, esos enormes tochos de hojas de posidonia que casi parecen barricadas naturales para defender las playas de normandos desembarcos. Algunos son migratorios. Son desplazados a beneficio de la comodidad del turista estival. Se dice que incluso vuelven a su sitio cuando termina la temporada.

  Al secarse al sol, sus hojas pierden el olor. ¿Será toda esa fibra un buen biocombustible? ¿Forma en tierra ese residuo otro ecosistema en su interior o participa de manera activa en el circundante nuevo medio? ¿Ambas cosas? ¿Acaso ayudan a consolidar los sistemas de dunas y playas de arena? ¿Cómo se mide la importancia de esta planta acuática, que no alga, en el patrimonio vivo del Mediterráneo?

  Un alga foránea amenaza el paisaje subacuático del Mare Nostrum comiéndole cada vez más terreno a la posidonia. Poseidón está en horas bajas y la pregunta es: ¿Cómo se pone de acuerdo a tantas naciones distintas para realizar una acción conjunta y decidida al respecto? Si la posidonia acaba desapareciendo, los postulantes de la internacionalización del Amazonas se van a quedar sin argumentos, y un día el planeta sin pulmones.

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