Darrer toc de fabiol

  La mítica flauta del dios Pan -el arcadio, paticaprino, cornudo, alegre, pasional, desbocado, amo del pánico y la sexualidad animal- fue fruto de mal de amores, pues la ninfa de sus sueños prefirió convertirse en cañaveral con tal de no atender a sus pulsiones. El dios construyó su flauta con cañas del mismo y desde ese instante los pastores de la edad antigua tuvieron el instrumento ideal para acompañar sus soledades y encender sus festividades.

  Tan sencillo y poderoso como la flauta de Pan es el fabiol. Una flauta corta de dos o siete agujeros, según sea de Ciutadella o del resto de poblaciones de Menorca. Acompañado del tambor del fabioler, sus notas mandan imponentes sobre los momentos álgidos de las fiestas, y es especialmente emotivo y rutilante en significado el último toque, el «darrer toc de fabiol», en la plaza del ayuntamiento de Mahón al cierre de las fiestas.

  Una tonada antigua sintoniza las almas allí congregadas en respetuoso silencio. En pocas notas termina el verano, terminan las fiestas, se vacían las calles, se apaciguan los amores, se disuelven los vapores y concluyen, un año más, las intensas jornadas de furibundo sol mediterráneo que inaugurara san Juan en el en apariencia tan lejano mes de junio.

  Así, con pocas y penetrantes notas, se despide el trasmontano, este pintor de palabras -ajeno, extraño y bárbaro- que ha querido compartir con vosotros, en unos pocos artículos, retazos de una pasión de décadas con una isla tan grande, rica y memorable como esta.

  ¡Viva el otoño!

2 comentarios en “Darrer toc de fabiol

  1. Preciosa entrada. He estado solo una vez en Menorca y no tuve oportunidad de disfrutar de esas flautas de las que noa hablas. Se que volveré a visitarla. Espero poder disfrutarlas para cuando eso ocurra. Un placer leerte.

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