Menorca en cuatro estaciones,

  Es hoy en día Wikipedia fuente de todo tipo de información, no por menos académica menos viva o real, pues su naturaleza mutante y denunciable le confiere una plástica hasta ahora inédita en esto de la definición de las cosas mundanas. En este primer artículo era menester hablar un poco de la definición de «Tramuntana» y nos dice la versión inglesa algo que se sale de lo que veníamos todos entendiendo sobre el particular:

  «The word has other non-wind-related senses: it can refer to anything that comes from, or anyone who lives on, the other side of mountains, or even more generally, anything seen as foreign, strange, or even barbarous.»

  Trad.- La palabra tiene otros sentidos no relacionados con el viento: se puede referir a cualquier cosa que venga, o cualquiera que viva, del otro lado de las montañas, o incluso más generalmente, cualquier cosa percibida como ajena, extraña o incluso bárbara.

  Así pues nace «El trasmontano» con esa vocación cuando menos bastarda, pues es la españolización de una palabra muy lusa, obviamente de la región de Trás-os-Montes.

  Este trasmontano -ajeno, extraño y bárbaro- está aquí para hablar de la magia del Camí de Cavalls y sus peregrinos, de los pasillos de viento que se forman en las calles de Mahón o de Fornells enfrentadas al duro Norte, de los pasillos de sol cuando cae el astro rey por el Camí des Castell obligando a los conductores a llevar sus vehículos casi a ciegas. Todo tipo de misterios cotidianos muy de aquí susceptibles de deleitar a propios y ajenos, como la verdadera historia falsa del Camí de sa Cucanya, entre Sa Roca y en Kane, la entrevista a la escritora alemana que está en Menorca estudiando a las tortugas de tierra o la abigarrada historia del empresario que nos visita siempre que sopla del Norte para su «drenaje linfático cerebral».

  Abróchense los cinturones porque en esta sección vienen curvas y toneladas de pared seca.

4 comentarios en “Menorca en cuatro estaciones,

  1. Enhorabuena por la iniciativa.
    Menorca da mucho juego, si se tienen ideas, y sobre todo ganas.
    Segun mi parecer es una manera como otra de devolverle a la isla, parte de tanto que nos da a diario.
    Otros le llamarán amor.
    Gracias por ese amor que se «intuye», a la isla a la que pertenezco.

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